Hace miles de años, el corazón del Sahara en Libia, era un vergel. Ahora, es viento y polvo y cuesta de imaginar que en otros tiempos por all* corriera el agua y la vida. Cuando contemplas la inmensidad de los valles del Ubari y del Murzuq te invanden varias sensaciones: paz, tranquilidad, también desasosiego, respeto, melancol*a…tardas varios d*as en darte cuenta de que estás delante de las edades de la tierra, que all* no eres nada y nada queda cuando te vas. All* te das cuenta del paso del tiempo, puedes olerlo. Eres consciente. El desierto es evocador…quizás sea lo más fascinante.

En este viaje, 32 coches empezamos con el propósito de cruzar el Sáhara de Libia por los desiertos de Ubari, Murzuq y Akakus, la mayor*a lo conseguimos. Ha sido una gran aventura y lo hemos pasado en grande. Espero que la crónica sea fiel a los acontecimientos, aunque para cada persona ha sido un viaje distinto y único. Yo explicaré mi punto de vista.

ETAPA 1: LA TRANSICIÓN HASTA LLEGAR AL DESIERTO
DIA 1: EMBARCAMOS HACIA TÚNEZ
El viaje empieza el viernes d*a 9 rumbo a Marsella. Llevamos el coche cargado con todo lo necesario para 17 d*as y esperamos no tener ningún problema mecánico! Por la tarde Territori4x4 nos llama para avisarnos que en vez de embarcar en Marsella, lo haremos en Génova debido a una huelga de la naviera. La sombra del retraso en nuestro viaje nos acecha, pero decidimos ser optimistas!

Nos encontramos en el hotel con Luis Garrote, Ramon, Gerard (admiramos su HDJ 200 en el parquing), José Luis y Puy, Kenet y Marta etc. Estamos todos muy entusiasmados, para algunos es la primera vez que vamos a Libia! Cenamos explicando anécdotas y aventuras y nos fuimos a dormir.

A la mañana siguiente llegamos a Génova sin problemas. El espectáculo estaba servido: hab*a all* una gran concentración de “artilugios del desierto”: camiones, quads, unimogs, viejas glorias restauradas, los de Tot Pols (Joan!!!!!), etc. Un ambiente de lujo que nos entretiene las horas hasta embarcar!

Por la noche, el ambiente en el bar del barco es total: la gente animada, haciendo bromas, se ven las primeras camisas y camisetas del viaje, se habla de las preparaciones, de otras experiencias, de trócolas… jajajjaja.

DIA 2: LLEGAMOS HASTA MATMATA
El desembarco no tiene ninguna complicación, repostamos y nos bajamos a toda pastilla! Vamos con David, Mare, Salvador, Mart* y Maite, Joan y Gerard haciendo carreras hasta Matmata. Los camiones de cara, furgonetas sin luz, burros y bicicletas por la carretera son de lo más habitual…en el hotel, el parquing es como una concentración de 4x4. Estábamos todos tan ansiosos por llegar a la arena!

DIA 3: LLEGAMOS A LIBIA AL FIN!!!!

Salimos de Matmata con gran expectación. La frontera de Libia es un auténtico coñazo, aunque nos sirvió para conocernos mejor en el grupo. Al fin nos dieron las matr*culas y pudimos salir de all* a toda pastilla. Entramos en Libia y nos repartimos las gasolineras para llenar hasta los bolsillos de las camisas!! No *bamos a ver nada más hasta al cabo de 4 d*as que saliéramos del desierto. Acampamos cerca de la carretera.




ETAPA 2: EMPEZAMOS POR PISTA RUMBO AL UBARI. PRIMERA BAJA.
DIA 4: A PIE DE DUNAS, MARE HACE DE LAS SUYAS.


Me despertó el ruido de motores y al abrir los ojos vi el sol alumbrar el horizonte…recordé que ya estaba en Libia y que ese mismo d*a dormir*a en las arenas del Ubari.
Café, pastas, recoger mesas y sillas, el grupo, bien disciplinado recog*a el campamento con gran diligencia…en media hora ya sal*amos hacia Derj, donde volvimos a repostar a tope. A pocos quilómetros cogimos la pista que lleva hasta el mar de arena del Ubari.

La pista invitaba a correr y darle zapatilla a los coches, y más después de tantos d*as esperando acción, pero es una pista peligrosa, llena de trampas…agujeros inesperados, piedras puntiagudas…empezamos a o*r por la emisora problemas mecánicos. Todos empezamos a ser prudentes y reservar nuestros coches para la arena. El Defender hab*a roto los 2 amortiguadores de atrás y algún otro coche también hab*a tenido problemas.




Llegamos al punto de acampada a pie de dunas y estrenamos la ducha! Ducharse en medio de la arena es un puntazo! Después de cenar, Marc y yo nos fuimos a contemplar las estrellas. Por all* nos encontramos a Anna tumbada haciendo lo mismo y nos quedamos los tres embelesados con el cielo del desierto. Espectacular. Me estiré en la arena enfriada por la noche, y contemplé las estrellas abrumada…hab*a tantas, tan juntas! Parec*a que las pod*as coger con las manos. Se ve*an todas las constelaciones y la V*a Láctia. Intenté hacerle fotos…pero sin éxito.



O*mos como nos convocaban al briefing alrededor del fuego. Fuimos no sin antes servirnos un Gin Tonic.

Después de la charla sobre la etapa del d*a siguiente, Toni nos anunció que *bamos a ver a Jesucristo…en ese momento apareció Mare cargando una cruz de madera que se hizo con dos troncos, una corona de espinas y un tapa rabos gritando “perdónales!!!! Que no saben lo que hacen!!!!”. Automáticamente todo el campamento estaba llorando de la risa. Mare cargó con la cruz hasta el fuego y solo se o*an ocurrencias: “Ya dec*a yo que Dios iba con Toyota!!”, “Lluis!! Pon el la web que los de Territori vieron a Dios en las dunas!!!” y as*…un hartón de re*r.

Por si fuera poco, y partir de ahora usaré iniciales para no desvelar detalles escabrosos de nadie…lo que pasa en el desierto se queda en el desierto…alguien ten*a pensada otro espectáculo más!

Me entraron ganas de ir a dormir. Cuando fui hacia mi coche noté ciertos movimientos, risitas y ruido de compresor detrás del coche de KS…al fijarme, vi una masa de plástico que iba adquiriendo volumen y forma…Dios m*o!! Era una muñeca hinchable!!!

Evidentemente, se me pasaron las ganas de ir a dormir. Hincharon la muñeca y la colocaron en lo alto de una duna con una luz roja entre las piernas y convocaron a los mecánicos del grupo ( Dani, Sergi, Kenneth) para ofrecérsela…bueno, a la que todo el campamento estuvo all* se armó la juerga padre: todos tocando a la muñeca, haciendo bromas, en fin, que hasta cobró vida y se la bautizó como Brigitte, la pu—a. JJ la ten*a cogida por los hombros y dec*a “No sé porqué dicen que mi novia es una pu—a”, jajajajaja. Al final la cogieron y la metieron dentro de la tienda de LR, el cual los echó a todos menos a Brigitte jajajaja Bueno, total, que fueron paseando el juguetito no sé cuanto rato.

Me fui a dormir con dolor de barriga de tanto re*r.

DIA 5: ERGS Y CORDONES SUAVES. PRIMERA BAJA.

El paisaje cambió y empizó a regalarnos pequeños cordones ergs de arena. Digo pequeños porque ya he visto el Murzuq! Pod*amos poner los coches a 80-90km/h entre las suaves dunas. Pasamos por la hammada de Zener.




A pocos quilómetros del punto de acampada, o*mos por la emisora que la pick up Navara ha roto el motor. Llu*s lo tuvo que eslingar hasta el campamento.

Al finalizar la hammada, vimos el macizo de dunas del Ubari delante de nosotros. Las emociones de desataron por la emisora y todos fuimos conscientes de que hab*amos llegado al desierto de verdad! Nos avisamos todos de una posición donde hab*a un cortado muy peligroso en la pista.

Acampamos antes de lo previsto para esperar el coche averiado y decidir qué hacer. Se hab*a levantado un poco de viento. La arena se escapaba de las crestas con monoton*a…hicimos la comida y justo después de comer empezó el viento a soplar con fuerza. Una ráfaga de viento y arena nos cubrió de repente. Lo dejamos todo para entrar en el coche. Con la misma sorpresa, el viento disminuyó y salimos del coche a recoger los utensilios de cocina.

Todos estaban más o menos agrupados charlando y me quedé sola un rato. Admiraba ese paisaje tan solitario y extenso. Continuaba soplando viento y a ras del suelo se levantaba la arena. En ese momento, iba descalza y noté el picar de la arena en la piel, era como una erosión lenta y pertinaz…miré al horizonte y vi para mi sorpresa una gran nube oscura y marrón acercarse al campamento. Nos dimos cuenta todos de que era una tormenta de arena y nos parec*a alucinante el contraste de color con el cielo azul y la altura que llevaba. Corriendo, sacamos las cámaras de fotos, las filmadoras, etc. Para inmortalizar el espectáculo. El coche averiado y los compañeros que lo eslingaban estaban en esa nube!




Por suerte, la tormenta iba en otra dirección y el viento se calmó por completo. Cuando empezó a caer la tarde, cogimos el coche y nos fuimos a un lugar solitario a ducharnos, hab*a unos 30ºC, as* que apetec*a mucho! La ducha sentó fenomenal. Limpitos y perfumados fuimos hacia el campamento.

Con los últimos rayos de luz, llegaron al campamento nuestros compañeros. Hab*an tenido que eslingar la Navara por las dunas y por toda la hammada.

Con la noche, los primeros aromas de la cena empezaron a despertarnos el hambre. Ese d*a ten*amos fideu* en el menú y una botellita de cava.

En el briefing, la organización nos explicó la situación del pick up: el coche no pod*a arrancar, ten*a el motor roto por un problema con el aceite. Ten*an que eslingarlo hasta Ubari por carretera y repatriarlo. La complicación era eslingar el coche por algún cordón de dunas. Finalmente decidirieron que lo llevar*an Albert, Mare y Francisco. Se reunir*an con nosotros en el camping de Takarkiba 2 d*as más tarde.




DIA 6: LA IMMENSIDAD DEL UBARI

Otra vez más, nos levantamos al salir el sol. Desde mi coche, ve*a las primeras luces del d*a, los conductores más madrugadores, las dunas…

El grupo continuó para adentrarse en las dunas. Íbamos duneando tranquilos hasta el pie de la Gran Duna del Ubari. All*, nos concentramos todos los coches para subir de uno en uno y filmarnos, hacernos fotos, cachondeo, etc. Tengo que confesar que en ese momento yo ya estaba muy nerviosa ante la perspectiva de entrar en el macizo y la incertidumbre de qué nos *bamos a encontrar.

Nos tocaba el turno de subir la gran duna. Arrancamos el 100 a toda pastilla para abordarla con la máxima inercia, bajé la ventilla para sacar la cámara de filmar y mientras *bamos subiendo metros y metros de arena, ve*a el valle más y más grande y la adrenalina se disparó por completo. En el próximo viaje instalaré un manómetro de adrenalina!!



Al llegar arriba, se abr*a un paisaje incre*ble: la extensión de dunas más grande que he visto nunca. Mazizos montañosos de arena uno detrás de otro.



Continuamos cruzando el cordón hasta la primera bajada de infarto y tocar hamada de nuevo. Las distancias eran tan grandes que pod*as poner el coche a bastante velocidad y todos los coches nos distanciamos mucho. Cuando nos quisimos dar cuenta, *bamos Gerard y nosotros solos cruzando un cordón tras otro.

Pasamos por una zona de explotación petrol*fera donde hab*a torres de electricidad y pozos. Segu*amos WP y era una gozada la sensación de estar solo en esa inmensidad. Sab*amos que a unos 5 o 6Km por delante ten*amos a un grupo, a 2km atrás ten*amos a Gerard y la cola estaba a unos 10km como mucho.

Fuimos pasando extensiones planas, subidas de 3ª a fondo, bajadas verticales, ollas divertid*simas donde hacer un ocho y coger inercia. Llegamos a un punto donde la arena estaba bastante batida y hab*a una subida importante. Con tanto disfrute subimos demasiado lentos y tuvimos que rectificar hacia atrás para volver a subir. Quise avisar a Gerard por la emisora pero en un abrir y cerrar de ojos lo vimos pasar con su 200 a toda pastilla, que tuvo que frenar en la cresta y todo!! jajajaa



A pocos km del WP de acampada, hab*a un cortado en la arena de unos 3 m muy peligroso. Nuestros compañeros de cabeza ya nos hab*an avisado y no hubo ningún problema, pero te dabas cuenta de que en el desierto hay que ser prudente y no se puede bajar la guardia ni un momento. Cualquier error tiene consecuencias graves, ya que en Libia coges velocidad en seguida!

Después del cortado hab*a una subida que promet*a emoción al otro lado. Efectivamente hab*a una olla inmensa de la que se ten*a que salir! Salvador iba delante y fuimos observando la situación.

Marc dejó caer el coche, subió por el flanco izquierdo de la olla, la bajó, remontó el flanco derecho por detrás de unas hierbas de camello (donde siempre está la arena más compacta) y afrontó la subida. Llegamos hasta arriba pletóricos!! Siempre que pasas por sitios as* te invade una sensación de triunfo!! Jajajaja.

Acampamos puntuales a las 5 de la tarde en una extensión pequeña y plana con vistas a los macizos de dunas. Un lugar incre*ble donde instalarnos.

DIA 7: LA RUTA DE LOS LAGOS

El campamento estaba a unos pocos quilómetros de los lagos. Llegamos hacia las 9,30h de la mañana. Fuimos duneando sin complicación hasta que llegamos a lo alto de un cordón desde donde se ve*a el primer lago.

Rodeado de palmeras, arena y dunas inmensas, estaba uno de los lagos del Ubari. Un paisaje curios*simo que nos cautivó toda la mañana. Subimos una duna enorme des de la que tienes la perspectiva del paisaje. Evidentemente, esa duna hab*a que bajarla y daba respeto ver que ten*a que dejar caer el coche al vac*o, por decirlo de alguna manera.





Continuamos haciendo dunas hasta al mediod*a que llegamos al camping de Takarkiba, cerca de la población de Ubari. Aunque no era gran cosa, se agradec*a poder deshacer la maleta, ordenar el coche, ducharte con agua abundante y relajarse un rato. Volvimos a repostar hasta los topes y a comprar agua, huevos, coca colas y algo de fruta fresca.

All* nos encontramos con Mare, Francisco y Albert que nos contaron la aventura del coche averiado: lo eslingaron a través de las dunas, no sin cierta dificultad, ya que subir una duna con una pick up sin marcha atrás…en uno de los momentos más duros vieron que pasaba un camión por la pista y consiguieron que les eslingara el coche el trozo de arena que faltaba.

Llegaron a Ubari sin problemas, donde dejaron a la pareja en un hotel y con todos los trámites de repatriación en marcha.

ETAPA 3: LA IMMENSIDAD DEL SAHARA SE LLAMA MURZUQ.
DIA 8: EMPIEZA EL MURZUQ


Hac*a d*as que nos lo dec*an “ya veréis el Murzuq”, “esos si que tiene tela”, “vais a flipar con las bajadas que hay”…bueno yo estaba acojonada, la verdad. No dec*a nada por no poner nervioso al piloto, pero me daba mucho miedo volcar el coche.

Cogimos carretera hasta el pueblo de Murzuq donde volvimos a repostar hasta las trancas. 9 euros 200L…as* daba gusto!!!

La ruta del Murzuq estaba planificada entrando por el Murzuq del sur, donde las dunas son más “bajitas” y haciendo un poco de diagonal cruzando por el Murzuq central hasta el paso de Tehi-n-Tilemsin, por el que ten*amos que salir del erg y poner rumbo al akakus.

El primer d*a de Murzuq fue muy entretenido pero todav*a no hab*a las alturas que nos esperaban más tarde. Fuimos haciendo dunas más técnicas que en el Ubari, con bajadas cortas pero de mucha inclinación.

En una de las crestas nos quedamos empanzados hasta la puerta! Sacamos la pala y preparamos la eslinga, ya que Gerard ven*a por atrás. Nos pegó un tironcillo y ala, a continuar. Hice la foto sabiendo que el 200 eslingando al 100 iba a dar mucho de si!! Jajajaja.




Más adelante, llegamos a la Duna Fornons en honor al propietario de un coche que volcó all* hace un par de años. Dejamos todos mensaje e inscripciones, nos hicimos fotos…yo le* la que dejó mi hermano en semana santa!




Acampamos puntualmente. Cuando estábamos haciendo una cervecita en el campamento, vimos llegar a Mare con el paragolpes hundido y el cristal del conductor roto. Hab*a pegado una volada. Afortunadamente, se pudo volver a poner bien el paragolpes con un winch…eso s*, se quedó sin aire acondicionado!

DIA 9: QUÉ GRANDE ES EL MURZUQ! MI RECONCLIACIÓN CON TODO.

Hay d*as en los que parece como si te reconciliaras con el mundo. En este d*a, que atravesamos el corazón del Murzuq, me pasó eso.

El d*a anterior hab*a sido intenso, pero los veteranos nos anunciaban que ahora deb*amos superar las alturas del Murzuq central. Ya no estaba acojonada, sinó emocionada y con un subidón de adrenalina incre*ble.

Empezó la etapa y pudimos comprobar cómo se complicaba cordón tras cordón. Íbamos subiendo las dunas en zigzag, pasando ollas inmensas donde hacer el ocho. Empezamos a encontrarnos bajadas en las que, yo al menos, aguantaba la respiración porque era dejar caer el coche al vac*o! Ve*as el morro del coche, pero no lo que ven*a después y entonces bajabas en picado aguantando el volante con las dos manos que casi dejabas la marca de los dedos!

Hubo uno de los pasos al que le llamé “el paso maldito”. La verdad es que todo el grupo *bamos muy ligeros y en pocas ocasiones nos concentrábamos varios coches. Hubo una cresta muy puntiaguda en la que nos encontramos un coche enganchado. JuanPe le estaba ayudando con el wins. A todo esto intentó pasar Francisco y se quedó empanzado. Mientras Luis ayudaba a Francisco, JuanPe abrió trazada nueva y Joan le siguió empanzándose también. Mientras nosotros ayudábamos a Joan, Josep pasó la cresta y no sé si algun coche más. Al otro lado hab*a una bajada de infarto y fuimos pasando al final un coche tras otro.





Entre las dunas, hab*a pequeños valles con el suelo de tierra oscura. En una de las paradas a desayunar, empezamos a observar la tierra y a escarbar un poco. Fue incre*ble encontrar restos de cerámica i s*lex. Se me puso la piel de gallina al imaginar a personas hac*a miles de años, usando esa misma cerámica que yo ten*a entre las manos, para coger agua de un r*o cercano o almacenando aceites o cocinando…Me imaginé una sabana africana próspera en caza, con árboles, sonidos de animales y personas…inmediatamente después observé a mi alrededor el sonido del viento, el polvo en mis botas, la soledad del desierto. Fue una revelación. Ese momento fue especial, como hecho a medida: all* estaba yo, en medio del Murzuq, con un trocito de cerámica grabada de hac*a miles de años, rodeada de dunas enormes, con la luz suave de la tarde. Observando eso, vi revolotear a dos mariposas a mis pies…mariposas!!

Me giré hacia el coche, y hab*a decenas de mariposas! Esa fue mi reconciliación con el mundo.

Dejando a un lado los momentos trascendentales, lo más divertido eran los pasos entre dunas, pequeñas ollas con duna a lado y lado y subiendo, donde hab*a que meterle caña y buscar la mejor trazada. En unos de estos pasos iba Gerard delante y disfrutamos viéndolo dejar sus caballos a rienda suelta! Bajó como una bala a la olla, la subió por el lateral derecho, pero la arena estaba muy blanda y se deslizó lateralmente hasta una hierba de camello que hab*a en medio del paso. Rectificó rápidamente, volvió a buscar trazada y salió como un cohete hacia arriba.

Viendo el fes fes del flanco derecho, Marc decidió coger el izquierdo con la tercera a fondo, inclinado lateralmente (a lo que yo no pod*a cogerme más fuerte al agarradero de mi puerta) pasó la olla, bajó el coche hasta la hierba de camello y subió por el otro lado. Llegamos eufóricos hasta arriba. Gerard estaba hinchando una rueda que con todo el jaleo de la olla se le hab*a desllantado o algo le pasaba.



En ese punto hab*a otro jaleo: un coche estaba en otra olla que también hab*a desllantado, Raúl le estaba ayudando, Joan estaba probando de subir y en esto que llega Francisco y empieza a probarlo también. La arena estaba muy trillada y hab*a que coger inercia, zapatilla y pasar justo donde estaba el coche arreglando la rueda. Cuando salieron todos los coches el paso quedó libre y fue un gustazo subirlo a toda castaña.

Esos pasos estrechos, a veces te daban sorpresas con ollas a un lado que parec*an un agujero negro…si se ca*a el coche ah* no creo que hubiera forma de sacarlo.



El último cordón de dunas fue espectacular. Albert abrió un paso donde hab*a una bajada suave y larga y luego una subida incre*ble que se hac*a estrecha y a un lado ten*as una pared de duna y al otro un agujero negro (comúnmente conocido como olla) que yo creo que te llevaba a la dimensión desconocida.

Coronamos el cordón y exactamente en el WP 71 se abrió ante nosotros una visión incre*ble: dos cordones de dunas enormes a lado y lado y en medio un valle de arena. La belleza del paisaje, con la luz de la tarde me puso la piel de gallina y Marc y yo nos prometimos no olvidar nunca ese momento.



Poco después estaba el punto de acampada. Cogimos el coche y quisimos ducharnos en lo alto de unas dunas viendo la puesta de sol…no pod*a ser de otra manera teniendo en cuenta el d*a tan espectacular y lleno de emociones intensas.




Todos en el campamento estábamos pletóricos. El briefing fue muy divertido porque KS, JJ, MA escenificaron un episodio muy gracioso con unos coches en miniatura que llevaban. Hicieron una duna en la arena y pusieron los coches en minitura que representaban: Pelucón enganchado, llega Manolo para rescatarlo, entre que llega y no llega, Mare saca a Pelucón y se queda Manolo solo en una olla donde se engancha hasta las cejas. En eso que llega Mare disfrazado de super héroe (Rescateitor Man) con un casco, un chaleco…jajajajaj en fin, impresionante la performance. Lástima que no tengo fotos!

Para acabar de redondear el d*a, en mitad del briefing nos dimos cuenta de un fenómeno espectacular: un cometa o algo as* ca*a des de el cielo y a parte del halo de luz a su alrededor, se hab*a formado un halo aún más grande en forma de arco. Todos nos levantamos a contemplarlo y quedamos maravillados.

Cuando se apagó, quedaron millones de estrellas iluminándonos.

DIA 10: SALIMOS DEL MURZUQ POR EL PASO DE TEHI-N-TILEMSIM

Nos levantamos un poco tristes porque solo nos quedaban 40 km de Murzuq. Con el autoestima a tope por el d*a anterior, no dirigimos rumbo al Tilemsim.

No sé exactamente qué pasó, pero tardamos 5h en hacer esos 40km! Los pasos no eran más complicados que el d*a anterior, sin embargo el grupo estaba más lento. Hab*a subidas, que más bien eran paredes.

Llegamos a un punto en el que deb*amos pasar el cordón. Se engancharon varios coches en uno de los pasos y JuanPe abrió una cresta y lo vi desaparecer al otro lado. Sub* andando para ver las vistas y flipé con la pared vertical que bajaba. Al otro lado hab*a un valle y otro cordón que atravesar.



Uno a uno todos los coches hicieron la subida a fondo y fueron pasando la cresta. El siguiente cordón ten*a otra subida en la que los coches se encallaban mucho. Albert finalmente abrió una alternativa que era una pared. Marc se fue para allá directo y yo pensé “joder, nos vamos a chocar con la pared”, porque además *bamos a toda castaña…pero no, estos coches lo suben todo y pasamos al otro lado.






El Tilemsim es muy guapo. Un paso estrecho entre las dunas muy divertido. Hab*a mucho fes fes pero fuimos pasando todos. Para nuestra depresión, ya hab*amos atravesado el Murzuq…pero ten*amos otras perspectivas! El Akakus dec*an que era muy bonito y a demás, como el ritmo hab*a sido tan bueno, hab*amos ganado 2 d*as que decidimos volver a cruzar el Awari por el resto de cordones de arena.

Para entrar en el Akakus, hicimos un poco de pista y cogimos algunos quilómetros de teneré. Una extensión de arena llana y fina en la que se pod*a correr sin peligro. El paisaje ya empezó a cambiar para obsequiarnos con formaciones rocosas oscuras y erosionadas.

Nos dirig*amos al arco del Akakus donde quer*amos acampar. Por el camino vimos algunas pinturas rupestres que nos sorprendieron mucho: ant*lopes, siluetas humanas, hombres cazando…era el retrato de otros tiempos.

Con la última luz de la tarde, llegamos al arco. Es una roca enorme, un arco del triunfo natural i magn*fico. Acampar all* fue muy especial.





En el briefing, nos sorprendió la acción del recientemente fundado Comando Barbie Extrem! Natalia, Marta, Esther, etc. Hab*an conseguido robar a Brigitte de sus proxenetas y aparecieron en un 80, en medio de la oscuridad con Brigitte medio desnuda asomando por el techo solar. Nos re*mos mucho.

De nuevo, millones de estrellas nos iluminaban, esta vez con la sombra de piedra debajo.

ETAPA 4: CRUZAMOS EL AKAKUS CON GRAN RESPETO
DIA 11: EL TIEMPO SE DETIENE: AKAKUS ETERNO.


Salimos pronto para poder visitar los sitios más emblemáticos del Akakus. Manolo, nos guió por el laberinto de piedra y pudimos visitar más pinturas, el dedo de Alá, otro arco más pequeño y la pata de elefante, una formación rocosa que recuerda por forma y por textura a la pata de un elefante.

El Akakus es una combinación perfecta entre arena y piedra. Un bosque de rocas oscuras y erosionadas por el viento, el tiempo y, qué se yo, quizás también algún d*a por el agua! El d*a era muy claro y la luz incid*a en el paisaje como por casualidad. Bañaba las piedras t*midamente y se creaban sombras y contrastes de gran belleza.

Si el desierto es evocador, el Akakus aún lo es más. No soplaba el viento. La calma era absoluta. Un silencio extraño. Parec*a un montaje, un decorado hecho para nosotros. Miles de años de sol, de arena, de historias escondidas en el tiempo. Huellas prácticamente borradas de otros hombres. Las pinturas mostraban un tiempo tan lejano que es dif*cil de entender. Me imaginaba un nativo, mezclando polvo, plantas, sangre de ganado y dibujando vacas, personas, escenas de caza…tanto tiempo después, continuaba su testigo.





Fascinados, salimos del desierto hasta Serdeles, donde pudimos repostar, comer, ducharnos y relajarnos de nuevo.

DIA 12: Volvemos al Ubari. Segunda baja.

Cumpliendo con sus promesas, la organización nos lleva de nuevo a cruxar el resto de cordones del Ubari. Estamos todos entusiasmados de volver a coger arena y deshinchar ruedas. Es el consuelo a saber que el viaje está llegando su fin.

Después de hacer varios quilómetros de carretera y pista, llegamos por fin a las dunas. Llevábamos apenas 1h y o*mos por la emisora que el coche de Fornons hab*a roto un amortiguador en el último trozo de pista y Ramón ten*a algún problema mecánico.

Los coches estábamos separados en tres segmentos: los coches de cabeza, el grupo de ramón en el centro y Fornons y otras más en la cola. El problema de Ramon parec*a serio: no embragaba y no se pod*a mover. Se decidió reunirnos todos en el punto de Ramon y ver qué hacer, ya que estaba en medio de las dunas en una especie de olla.

Cuando llegamos, los mecánicos ya hab*an empezado a desmontar el embrague para descartar otra aver*a que quizá tuviera solución. Para poner más emoción al tema, hab*a tormenta de arena y poca visibilidad.

Los mecánicos (que por cierto se ganaron un monumento en este viaje) hicieron un hoyo debajo del coche para poder trabajar mejor, taparon los laterales para evitar al máximo la entrada de arena y pusieron sobre un suelo de plástico todas las herramientas. Desmontaron medio coche ante la mirada preocupada de su propietario, y pudieron ver que la aver*a era que se hab*a roto el volante motor, si no me equivoco. Estuvieron trabajando des de las 11h hasta las 21h y con la ayuda inestimable de Salvador, pudieron hacer una soldadura y Ramon salió de las dunas por su propio pie.




DIA 13: Continuamos por arena. Coche volcado.

Al d*a siguiente se dividió el grupo. Ramón con otros coches se fueron por carretera para encontrarnos en la frontera dos d*as más tarde. El resto, continuábamos por el Ubari para aprovechar al máximo.

Seguimos hasta llegar al punto de acampada de unos d*as atrás. Quer*amos volver a subir la gran duna y disfrutar un poco de los coches por all*. Marc y yo estábamos al pie de la duna preparados para la acción cuando se oye por la emisora “He volcado, me veis?”. La verdad es que yo tardé bastante en reaccionar, pero Marc y los demás ya sub*an al coche para ir directos hacia atrás. En lo alto de un cordoncito de dunas, se ve*a un coche tumbado de lado. Era Francisco. Unos cuantos coches llegamos primero y nos aliviamos al ver a Francisco bien. El resto de coches estaban en lo alto de la gran duna y los ve*amos venir en manada rápidamente.

El coche volcado ten*a 3 ruedas desllantadas y estaba un poco aboyado. Ten*a las barras antivuelco y eso hab*a ido muuuuy bien. Llu*s puso su wins y los demás ayudaron a empujar el coche poniéndolo sobre 4 ruedas otra vez. Arreglaron las desllantadas y arrancaron el coche. Por suerte Francisco hab*a sido muy rápido en apagar el motor y un hubo ningún problema.




Con el susto en el cuerpo nos fuimos en dirección a la hammada Zener y Derj. Acampamos en el mismo sitio donde conocimos a Brigitte!

DIA 14: Hinchamos ruedas. Tercera baja.

El objetivo del d*a era llegar a dormir a Zwara para estar cerca de la frontera. All* nos ten*amos que reunir con los compañeros del grupo de Ramón. No ten*a demasiada emoción la etapa: ten*amos que cruzar la hammada Zener otra vez.

Íbamos con mucha prudencia porque la hammada es peligrosa y rompe coches al menor descuido…de repente, Marc y yo vimos una zanja en medio de la pista y frenó el coche pero aún as* nos la comimos con patatas…yo la verdad es que pensé que hab*amos roto amortiguadores, porque se oyó un ruido muy fuerte y la cámara que ten*a en mi falda salió volando.

Bajamos del coche para comprobar daños…aparentemente estaba todo correcto, pero al volver a subir al coche, la rueda izquierda delantera hac*a un ruido de fregamiento…acudieron a nosotros los coches que iban detrás: Germán, Alex, Albert…Desmontamos la rueda para ver de dónde pod*a salir el ruido, que no hubiera nada roto. Soplamos bien y volvimos a montar la rueda. Ya no hac*a ruido!! Se hab*a metido polvo o piedras y rozaban con el disco. Menos mal!!



Continuamos el camino. O*mos por la emisora que Josep dec*a “a Francisco se le ha salido una rueda!!”. A pocos metros paramos con los demás coches: al coche de Francisco se le hab*a salido una rueda delantera y hab*a arrastrado el eje unos metros por la pista. El pobre Francisco se hab*a repuesto bien de la volcada, pero eso le abatió…Hab*a restos del disco por la pista. Según dec*an era muy fuerte porque estaba de color azul y eso solo pasa cuando alcanza no sé cuantos grados de temperatura!

Con Francisco se quedaron los mecánicos y Albert. El plan era soldar la rueda como se pudiera para hacer más fácil el subir el coche en una grúa que ten*a que ir a buscar Albert. El resto continuamos hasta Zwara por carretera, donde nos encontrar*amos con el resto del grupo. All* hicimos la última acampada en la playa y fue memorable!

ETAPA 5: REGRESO

Cruzamos la frontera con la lentitud habitual. Estábamos todos un poco deprimidos por el fin de la aventura, pero también satisfechos por lo bien que nos lo hab*amos pasado. Llegar al hotel de 5 estrellas de Hammamet fue una delicia: la ducha (me duché dos veces seguidas), el buffet de la cena y del desayuno…en fin muy bien. En el barco, dormimos 15 horas seguidas!

El balance del viaje ha sido excelente. La gente, la ruta, el coche…lo hemos disfrutado todo en cada momento. El recuerdo del desierto, sus paisajes, las sensaciones al cruzarlo quedarán para siempre, o al menos, hasta que volvamos.