Decidimos poner pie a tierra para conocer mucho mejor y desde el punto de vista de los antiguos pobladores de las Alpujarras sus desplazamientos por los caminos...
Con el sonido del agua corriendo por el arroyo, vamos caminando hasta encontrar este castaño centenario. Su impresionante porte nos hace pensar que posiblemente en su juventud vio pasar por el sendero otras personas...
Poco mas adelante cruzamos una antigua acequia labrada en la piedra, otra huella por la que no pasa el tiempo. Cumpliendo su función año tras año, durante siglos.
Salimos del bosque de castaños y entramos en zona de cultivos...
Nos encontramos a un alpujarreño contemporáneo, entablamos conversación con facilidad. Nos habla de su apellido "Alvarez", descendiente de los castellanos y gallegos con los que los reyes católicos repoblaron unas tierras vacías tras el destierro de los moriscos. Nos invita a probar sus deliciosas manzanas, así como nueces y las últimas castañas.
Nos enseñó también muy amablemente una tradición muy arraigada en esas tierras...La matanza.
Familia Alvarez al completo. Nuestro deseo mostrar desde aquí el mas sincero agradecimiento por su hospitalidad y por ser tan buenas gentes. Gracias.
Para terminar el día tan completo, la naturaleza también nos regaló con este impresionante atardecer...
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