Viaje a Marruecos de Mayo con motos y Jota - FOTOS -

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Bueno, pues aquÃ* está el relato del viaje que hicimos en mayo y como en breve volvemos a partir pues aprovecho para colgarlo con algunas fotos.


El dÃ*a 30 de abril salÃ*amos a las 06:30 dirección Tarifa con pena por la baja de última hora sufrida por mi hermano Jose (KDJ120) y con el sueño tÃ*pico por haber pasado una noche de repaso mental de equipajes.

El primer error de cálculo no se hace esperar y quedamos divididos Félix circulando por la R5 y yo por la A5. Bueno no pasa nada, unos kilómetros de silencio por la emisora y nos encontraremos en un rato. …En ese silencio aprovecho para meditar qué será de nosotros cuando en vez de guiarnos por los carteles azules de la carretera nos guiemos por las pantallas del GPS en las hamadas morunas...

Por el camino nos encontramos con el otro KDJ corto de nuestro amigo Ramón que nos acompañará en el viaje y con el Audi A6 con el remolque de los moteros. Los 80’s se mueven ágiles y dan la talla con los “asfálticos� en un medio tan hostil.

Mientras tragamos kilómetros aprovecho para llamar a Jordi (Kasbah Ouzina) para pedirle que nos preparen su delicioso Kefta el dÃ*a que tenemos que llegemos a Ouzina. Y es que a mÃ*, lo de subirme en el Toyota con todos los bártulos me da hambre.

El trayecto transcurre con gran normalidad, únicamente alterado por algunos moteros descontrolados que acuden a Jerez y nos recuerdan que este fin de semana es el Gran Premio.

En Tarifa, nos encontramos con Santiago, el motero que faltaba. Conduce un flamante HDJ80 24v., completamente de serie que en su dÃ*a sacó él mismo del concesionario y que se quedará junto con el A6 y los remolques en Midelt.

El ferry va especialmente vacÃ*o y tanto el embarque, como el sello del pasaporte son agradables trámites que se desarrollan con una velocidad sorprendente.
En un periquete estamos bajando a la vacÃ*a bodega del ferry para abandonar el barco. Comienza el desembarco y los coches van saliendo conforme al orden que van marcando los tripulantes. Todo el grupo ha salido ya del barco, realmente soy de los últimos en bajar y justo cuando un tipo vestido con el mono rojo corporativo de FSR me indica que es mi turno, procedo a arrancar el motor, operación que siempre trato de dejar para el final, a diferencia de los ineptos que humean las bodegas arrancando motores mucho antes de abrirse la puerta…

…¡NO ARRANCA! Me quedo más blanco que un impala en una manifestación de guepardos. Blanco, petrificado y con una tremenda cara de idiota. Ese era yo viendo cómo bajaban los últimos coches que detrás de mi iban adelantándome por donde podÃ*an. El tÃ*tulo de gilipollas del año, en ese momento, creo que lo comparto con un tipo con monopatÃ*n que vi hace tiempo en el Youtube.

Al instante veo que los tipos de rojo corporativo de FSR y algunos con chalecos reflectantes, que han subido a la bodega, empiezan a hacer maniobras que revelan el próximo embarque de coches. Mi muñeca hace girar la llave a una velocidad que yo mismo desconocÃ*a que era capaz de generar.
No recuerdo si fue en la 4ª, la 5ª, la 6ª o la 7ª vez que giré la llave al tiempo que le arreaba un guantazo al salpicadero y gritaba aquello de: “Arráncalo Carlos, ¡¡POR DIOS ARRÃ�NCALO!!â€� Tal vez fue la leche que le metÃ*, los insultos, los rezos o la alineación de planetas pero por fin pude oÃ*r el rugido del puñetero seis cilindros. ¡BUF! Pues sÃ* que empezamos el viaje con adrenalina.

Durante los trámites aduaneros, las idas y venidas a cambiar dinero etc. No volvió a dar ni un problema…
El dÃ*a acaba en Asilah cenando unos lenguados que supieron a poco mientras comentamos anécdotas de otros viajes. Rematamos la noche de cháchara en la puerta del hotel Zelis y hablamos de un post de un foro inglés de motos donde mencionaban la presencia de un cable de espino que cruzaba una pista por la que tendrán que pasar los moteros en 2 dÃ*as. Nadie guardó el waypoint que daban los ingleses en ese foro. No le damos mucha más importancia pese a que les recomendamos que circulen con precaución por aquellas pistas.

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ETAPA 2

Me levanto con ganas renovadas. Anoche al volver de cenar y probar a arrancar el coche noté que saltaban chispas de una talonera y también que al accionar los intermitentes la aguja del voltÃ*metro cae unos milÃ*metros al ritmo del intermitente. Parece que hay una pérdida de masas, asÃ* que para no complicarnos mucho la vida y dado que tenÃ*amos que bajar a Marrakech de todas formas, aprovecharemos para buscar un mecánico.

Una vez delante de los coches y a punto de partir, el Toyota decide que no arranca y por más que lo intentamos no hay manera. A todo esto, el KDJ tampoco arranca y se produce una situación bastante cómica en la puerta del hotel. ¡Pues empezamos bien!. Encima es sábado y todo está cerrado.

El KDJ tiene la baterÃ*a baja y la nevera terminó de rematarla esta noche, nada que no puedan arreglar unas buenas pinzas. Mi coche, por el contrario, tiene en perfecto estado las dos baterÃ*as… Pero continúa dando por saco.

Tras un par de llamadas telefónicas y arrearle un par de martillazos al motor de arranque tal y como me ha indicado mi mecánico, el motor arranca.

Sin más demora partimos hacia Marrakech Félix y yo a recoger a nuestros copilotos que bajan en avión. El resto, moteros y Ramón con su KDJ, irán hacia Midelt donde se encontrarán con Jota, que hará las asistencias a las motos durante el viaje, y harán la etapa del Circo de Jaffar. Volviendo a juntarnos todo el grupo en Agoudal.

La entrada a Marrakech la hacemos justo después de comer y tras averiguar en el hotel dónde hay un taller de electricidad nos dirigimos hacia allÃ* para tratar de solucionar el problema de mi coche.

Encontramos una mugrienta calle repleta de talleres de todo tipo. Le tratamos de explicar al mecánico nuestro problema con gestos. Gesticulamos todo de forma bastante cómica. Nos ayudamos de onomatopeyas: que si al girar la muñeca no hace “RUUUM RUUUUM�, sólo “CHAS CHAS�, ni siquiera el “chichchichichichi�, que si salen ¡CHISSPAS!... Con las chispas tenemos un problema: no entienden absolutamente nada. Procedemos al dibujo. …Siguen con cara de circunstancia sin entender nada.
…Vale, ¡Félix tiene una idea!. Procede a representar las chispas con su mechero Zipo a la altura de la talonera. Por extraño que pueda parecer en el gesto, justo en el momento de representar las chispas, el Zipo se queda sin piedra. Y si encima le añades que los dos mecánicos se habÃ*an agachado con el cigarro en la boca hasta la talonera esperando que les dieran fuego, la cara de los 4 era de foto. Agachados, mirando un mechero que no hacÃ*a nada y dos mecánicos marroquÃ*es esperando que les encendieran su cigarro, mientras gritábamos al unÃ*sono: ¡CHISSSPASSSS!. JE JE JE, me parto sólo de recordarlo.

Con el cigarro ya encendido los dos mecánicos deciden hacer la guerra por su cuenta y no nos hacen ni caso. Normal, ¡con lo raros que somos!. Desmontan el motor de arranque en 5 minutos y después de haber partido un destornillador con unos tornillos más duros que Chuck Norris, el mecánico nos muestra la pieza desgastada que provoca que el coche no arranque. En el taller de al lado tornean una pieza nueva que queda perfecta.

Mientras montan el motor de arranque van comprobando todas las masas del coche hasta llegar a la conclusión de que es una masa del propio cuadro… No me convence mucho, pero parece que ahora el coche arranca de nuevo con enseñarle la llave.

Tras negociar el precio, que en principio era muy abusivo, y que finalmente quedó en un precio justo con regalo incluido de un viejo móvil liberado, al arrancar de nuevo salen un montón de chispas. Esta vez lo han visto y de nuevo tenemos que abrir el capó.

En ese momento tengo mi bajón y me acuerdo del post del foro de 80 vs 100. ¿Estaré haciendo el tonto con el 80? ¿Tanta pasta gastada para ponerlo a punto y le siguen saliendo chorradas? ¿No deberÃ*a estar en la piscina del hotel en vez de en un taller de una calle mugrienta que parece Beirut?

En poco más de una hora descubre que el problema viene del winch. Como la caja de relés está bastante oculta decidimos que lo mejor es prescindir del winch en el viaje y dejar los cables bien enfundados y aislados. Ya lo arreglaré en España.

Cuando por fin nos despedimos y nos vamos nos metemos en una calle abarrotada de gente, parece una manifestación. Nos damos cuenta de que estábamos en pleno centro de Marrakech y está a tope de gente. Apenas podemos movernos. Tratamos de salirnos en la primera bocacalle que podemos y aparecemos en una estrecha y oscura calle que resulta ser de dirección prohibida. ¡La que estamos liando con el tanque!. Nada, hay que integrarse, bajar la ventanilla, sacar medio cuerpo del coche y al grito de “¡YAL LA, YAL LA!� Vamos avanzando metro a metro.

El dÃ*a acaba en la plaza de Djena El Fna, cenando, comprando dátiles, orejones y con un exceso de dulces zumos de naranja.

[jodidoloco]

El viaje promete, jejeje.

[ok]

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ETAPA 3

Decidimos madrugar y aprovechar para visitar las Tumbas Saadies antes de que llegue el vuelo que trae a nuestros copilotos.

Tantas visitas a Marrakech llegando tarde y saliendo pronto, yo no las conocÃ*a.

Compramos pasteles, pan y algún recuerdo. De vuelta en el hotel, recogemos los coches y nos dirigimos al aeropuerto.
Una vez que han llegado los copilotos nos cuentan las peripecias para poder traer el peto de las protecciones de Alfred. Se lo habÃ*a dejado en Madrid y se dieron cuenta casi sin tiempo de reacción.

Cuando nos subimos en los coches, suena el teléfono.

…Al otro lado Antonio, uno de los moteros con voz temblorosa me dice que ha habido problemas. Un escalofrÃ*o recorre mi espalda.
Las motos hacÃ*an un recorrido algo diferente al nuestro. Hoy era su primera etapa por pista. Han atravesado el Circo de Jaffar y justo cuando tomaban dirección Imilchil han tenido un accidente.

Se han encontrado un alambre de espino cruzando el camino…
Nuestros compañeros Santiago y Alfred iban en cabeza con sus KTM´s y según las explicaciones de Santiago, a la salida de una curva y con una recta por delante abrió gas. Sólo vio el alambre de espino, doble trenzado, atravesando la pista cuando estaba a 5 metros de distancia. Suficiente, según sus palabras, para pensar que aquÃ* habÃ*a acabado todo...

El alambre de espino cruzaba la pista a la altura del cuello y ante una recta que pedÃ*a más velocidad, lo cual indica la mala leche con la que estaba colocado el alambre, no para dar un susto ni para herir, sino para causar un accidente mortal.
Santiago intentó tirarse de la moto pero ya estaba encima de la mortal trampa y notó como el alambre le rasgaba la chaqueta de abajo hacia arriba por diferentes puntos y justo donde acaba el cuello del velcro, es decir, encima de la garganta, el alambre se enganchó en el tejido de la ropa de motorista y el acero rompió la rama a la que estaba atado, gracias a Dios.

Alfred que le seguÃ*a de cerca, se percató de la situación y se fue hacia el barranco de la derecha propinándose un gran golpe en el hombro. Es el que ha llevado la peor parte.
Antonio me comenta que creen que nuestro amigo Alfred tiene el hombro dislocado, entre otras contusiones y cortes.

Afortunadamente no ha habido males mayores, asÃ* que de momento continuamos con el plan establecido. A Alfred le llevará Jota en su Toyota y Abdulatif (el mecánico del taller Sahara de Zagora que Jota ha puesto a disposición de los moteros) llevará la moto de Alfred.

Félix y yo continuamos por una monótona carretera hasta Kasba Tadla, donde llegamos a la hora de comer.

Desde aquÃ* continuamos por una bonita carretera de montaña que poco a poco va ganando altura por uno de los paisajes más verdes de Marruecos. Por la emisora vamos comentando que, antaño, esto correspondÃ*a a “la pista de los vadeosâ€�, una clásica de Marruecos que con la llegada del asfalto se ha perdido.

Los poco más de 120km por estas sinuosas carreteras hacen que la noche nos caiga encima. La oscuridad es total. Circulamos por una estrecha carretera de montaña escavada en la roca. Los GPS’s marcan 2.500m de altitud y continuamos subiendo. A nuestra derecha, un abismo.

Circulamos con la luz larga y vamos iluminando las montañas de alrededor. En las curvas, el paisaje es aterrador, los Toyotas parece que están flotando.
En poco tiempo estamos pasando por el lago Tislit y al momento llegamos a Imilchil.

AllÃ* nos encontramos con los coches de Jota y de Ramón. Acaban de terminar de poner la denuncia en la gendarmerie. Han tenido que pelear lo que no está escrito, y sobre todo han tenido mucha paciencia.

En Agoudal nos reencontramos con nuestro amigo Ibrahim. Encontramos a Santiago bastante hundido. La moral del grupo está por los suelos.
La verdad es que por esta zona habÃ*amos tenido alguna anécdota. En viajes anteriores nos habÃ*an tirado alguna piedra mal intencionada, algún gesto amenazante, incluso un año rompieron un limpiaparabrisas trasero, pero no dejaban de ser anécdotas. Desde luego, esto otro ha sido algo más fuerte y muchÃ*simo más peligroso.

Esta noche, decidimos que en nuestros próximos viajes por el Atlas, esta zona la dejaremos de lado, al menos por una temporada. Es una verdadera lástima porque la pista es preciosa, pero no merece la pena.

Acabamos el dÃ*a cenando una estupenda harira y brindando para levantar el ánimo.

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ETAPA 4

Amanecemos temprano y descubrimos que Abdulatif ha trabajado gran parte de la noche revisando mecánicas tanto de motos como de coches. Por hacer, incluso nos ha limpiado las lunas de los coches. Cosa que agradecemos enormemente. La aerodinámica de los 80’s es similar a la de un botijo, asÃ* que llevábamos un auténtico cementerio de mosquitos en las lunas.

Tras un copioso desayuno comenzamos la bajada por las gargantas del Dades. Pronto descubrimos que la emisora de Ramón no funciona como deberÃ*a… En realidad, directamente no funciona. Sólo nos puede recibir en FM, y no en todas las ocasiones.

A los 10km, nos desviamos con la intención de visitar una cueva que nos ha comentado Jota, de la cual conocÃ*amos de su existencia pero que nunca habÃ*amos visitado.
Pronto tenemos que abandonar los vehÃ*culos para continuar a pie. Cogemos alguna cantimplora, linternas y las cámaras de fotos.

Continuamos por una ascensión que dura unos 30 minutos a la larga de un arroyo que va creando piscinas naturales.

Cuando la pendiente se vuelve más empinada descubrimos con agrado unos peldaños de piedra trabajados que nos llaman la atención al tiempo que facilitan enormemente el ascenso.

Tras atravesar un estrecho pasillo de piedra resbaladiza con precipicio a un lado, llegamos a la entrada de la Cueva de Akhiam.

El paisaje es impresionante. Accedemos a la gruta y pronto tenemos que hacer uso de las linternas y frontales. Una empinada escalera metálica similar a la de un submarino ayuda a continuar con la exploración pese a que con cada paso se tambalea. La oscuridad es total y hay que tener cuidado de donde se da cada paso. A Abdulatif se le cuela la pierna entera en un agujero. Un manantial nos corta el paso. Jota y Alfred continúan unos metros más, al principio con los pantalones remangados, y más adelante directamente sin pantalones.

Al parecer, dice la leyenda, que a ese manantial vienen a visitarlo por sus poderosas propiedades “fertilizantes�… De haberlo sabido en el momento. Bastante cachondeo nos pasamos con Alfred y Jota sin pantalones en plena oscuridad total.

Una vez de nuevo con los vehÃ*culos vamos saliendo progresivamente: las motos, detrás Jota haciendo siempre una gran labor de asistencia. Ramón marcha detrás pero Jota no lo ve y nosotros tampoco llegamos a verle. ¡¡SE HA PERDIDO!!, ¡Mira que es difÃ*cil, sólo hay una pista!, Alfred y Ramón iban hablando y al salir de la pista que daba acceso a la cueva han tirado de nuevo dirección Agoudal.

Salgo en su busca, pero no logro darles caza, me temo que puedan ser capaces de no llegar a entrar en Agoudal y cojan la pista que baja las gargantas del Todra. Acelero la marcha y por fin, de nuevo en Agoudal volvemos a encontrarnos. Nos reÃ*mos un rato por lo ridÃ*culo de la situación y media vuelta de nuevo hacia Boulmane Dadés.

La pista, para quien no la conozca es altamente recomendable. Se circula por alturas que rondan los 3.000m. por un camino estrecho, con el abismo siempre a un lado y un paisaje salido de un libro de geologÃ*a. El único problema es cuando te cruzas con otro vehÃ*culo ya que no hay espacio fÃ*sico.

La inclinación de la pista, algunas zanjas y la constante altura abismal invitan a circular muy despacio, disfrutando del paisaje y parando a hacer infinidad de fotos.
Pronto llegamos al camping donde otros años hemos parado a comer y nos reagrupamos coches y motos. Unos tés a la menta y continuamos por la sinuosa carretera que nos lleva hasta Boulmane Dadés.

Una etapa corta, bonita y que nos permite llegar lo suficientemente pronto como para poder disfrutar de las comodidades del hotel Xaluca Dades.

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ETAPA 5

El madrugón de hoy es de campeonato, tenemos una de las etapas más largas del recorrido y tenemos que aprovechar bien las horas de luz.

Alfred va a intentar coger de nuevo la moto. Pese a las molestias que tiene, los calmantes y que cuando la articulación está caliente parece que le duele menos. No quiere perderse una etapa como esta.

Tras un copioso y no por ello menos rápido desayuno nos encaminamos hacia el Jbel Saghro. Decidimos que en la ascensión al Jbel trataremos de hacer pocas fotos, para no eternizarnos. Imagino que la decisión va por mÃ*, je je.

En ruta descubrimos el incombustible humor de Jota, además de no callar ni debajo del agua.

Una vez en la bajada engranamos reductoras y los moteros nos empiezan a sacar ventaja.

Por la emisora, Jota nos anuncia que suben varios coches franceses. Al ser sumamente estrecha la pista, tenemos que improvisar un aparcamiento para dejarles pasar.

En la parada, aprovechamos para estirar las piernas y mientras explico a nuestros acompañantes nuevos que la zona es conocida por ser tierra de cobras y escorpiones, doy una patada a una piedra y de debajo sale un veloz y grande escorpión más negro que los dientes del gasolinero de Kasba Tadla. Antes de poder hacer la foto se esconde en un agujero del que no somos capaces de hacerle salir.

Una vez tomamos el desvÃ*o hacia Tazzarine, la pista mejora. Este tramo no lo conocÃ*amos y vamos atravesando palmerales, vadeos, multitud de flores de colores… la zona es preciosa.

Tras una empinada ascensión paramos para disfrutar del paisaje y tomar el aperitivo. Jota continua para dar cobertura a las motos y Ramón, como no lleva emisora, se pierde en la estela de Jota.

Después del aperitivo la pista mejora y ya que los amortiguadores han podido enfriar metemos ritmo de 80 y disfrutamos como enanos de unos tramos bastante rápidos y divertidos.

Al parecer, en un momento dado, dicen que atravesé un estrecho puente por el que apenas cabÃ*an las ruedas. Todo el mundo se percató de la existencia del puente menos yo… ¡Qué cosas, je je!

Una vez en Tazzarine tratamos de esquivar las balas perdidas de los niños de las montañas, recordando la pelÃ*cula de Babbel mientras cogemos la rectilÃ*nea carretera que va hacia Alnif.

Cuando llegamos a Alnif (punto de encuentro), los moteros alucinan. CreÃ*an que nos habrÃ*an sacado unas dos horas, cuando en realidad son menos de 40 minutos.
Comemos unos pinchos que se hacen desear un largo rato. “La prisa mata�, ¡Cómo pudimos olvidarlo!

Una vez comidos, llenamos los depósitos y comenzamos la segunda parte de la etapa. La pista es muy rápida, con bastante arena suelta al inicio. Poco a poco los moteros se van desviando del track previsto hacia la derecha. Jota, nos lo comenta con la emisora, el tirará detrás de ellos y cómo no, Ramón, metido dentro de la estela de Jota, también se desvÃ*a.

Llegamos al Paso de Maharch y no encontramos a nadie allÃ*. Ni rastro de nuestros compañeros.

Uno de los chicos del Alberguergue Porte De Sahara se acerca para charlar con nosotros. Le preguntamos por los moteros y nos comenta que por allÃ* no ha pasado nadie. Nos tomamos unas Coca Colas para hacer tiempo. Al rato, el chico del albergue nos dice que nuestros amigos se aproximan como los indios en las pelÃ*culas del oeste. Nosotros no vemos a nadie por más que miramos en todas las direcciones, pero estos chicos desde luego que han agudizado sus sentidos.

Continuamos ahora acercándonos al rÃ*o de arena de Remlia. Circulamos rápidos por una enorme planicie que se ve interrumpida por una enorme grieta. Salvamos el obstáculo y continuamos hacia el rÃ*o de arena.

La entrada no se hace esperar y con ella los problemas. El KDJ se atasca en un par de ocasiones. En ambas el tema se soluciona con un tirón de eslinga. Los 80’s se encuentran en su salsa y se mueven con agilidad.

En poco tiempo llegamos al Albergue Ouzina. ¡Cómo me gusta este albergue! A estas alturas, con la obra del hall, ya va teniendo poco de albergue y mucho de hotel.
La cena, pues estupendos keftas con Riojas, cubatas y timbales. Todo ello en plural. Como es habitual en Ouzina.

Tras la cena decidimos un cambio de planes. Alfred continua con molestias y la mayorÃ*a de los moteros acusan el cansancio. Un dÃ*a de descanso les vendrÃ*a estupendo, asÃ* que la etapa del dÃ*a siguiente queda acortada.

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ETAPA 6

Algunos moteros madrugan para meterse en arena aprovechando los primeros rayos del sol. Sin explicarnos aún, muy bien cómo, Alfred vuelve a agredir al manillar de su moto con la boca del estómago y queda con una marca importante y un fuerte dolor.

Definitivamente el grupo parte hacia Merzouga para descansar y Félix y yo decidimos hacer una pista nueva para nosotros, que nos llevará dirección norte a Rissani y de paso hacer algo más de arena y no quedarnos con las ganas.

Empezamos el baile con las dunas bajas de detrás del albergue de Ouzina. Félix queda empanzado en uno de los envites. ¡Cómo me gusta el cambio automático en estos lances!

La situación queda resuelta con un par de planchas bien puestas y un acelerón en el momento adecuado.

Poco a poco vamos bailando el vals de las arenas mientras vamos olvidando el rumbo y dejándonos llevar por los acordes. Embobados por el canto de las sirenas cuesta volver en sÃ* pese a las lecturas de mi copiloto que sugiere la dirección a seguir.

Tras un rato de juego y de rebozarnos en la arena como los niños en la playa, sucedió una de las situaciones más ridÃ*culas que he vivido en Marruecos. …Sin contar la vez que acabé en un VW Passat de un candidato electoral en plena campaña por Zagora con la megafonÃ*a de la propaganda electoral… Pero eso es otra historia…

A lo que iba: De la forma más absurda jamás imaginada, conseguimos que entre los dos coches desapareciese el contacto visual. Cómo: pues entre un “-párate que llevo el portón mal cerradoâ€�, un “-aquÃ* no puedo que me quedoâ€� y un: “-¿qué ha dicho?â€�, “-no sé qué no se ha cerradoâ€� ¿¿??. Pues acabamos con un cordón de dunas que nos separó e hizo que mientras uno esperase, el otro pasase por la derecha por otro cordón de dunas. Si a todo esto le sumamos el maravilloso alcance de las emisoras de CB27 cuando vas en FM, el resultado es un descontrol monumental.

…Que si se han quedado atrás atascados, otro que si acelera que tenemos que pillarles, que si ahora me bajo y me subo a aquella duna, no que deben haber parado y estarán de regreso y un largo etc. Lo cierto es que nos tiramos un buen rato buscándonos y haciendo cÃ*rculos como sólo los “hermanÃ*simosâ€� somos capaces de hacer. Y porque no tenÃ*amos mucho gasoil que si no todavÃ*a seguimos allÃ* dando vueltas con la tonterÃ*a.

Finalmente salimos del Erg, llenamos presiones y nos metemos en la soledad de las montañas tragando hamadas, piedras y llanuras infinitas.

Ayudamos a la pobre sombra de una acacia con un toldo para improvisar un “restaurante MichelÃ*nâ€� y antes de elegir el vino que tomaremos, estamos dando de comer a un tipo y a un niño (presuponemos su hijo) que tras varios intentos de conversación infructuosos adivinamos que tienen más hambre que Victoria Beckam en Supervivientes.
Tras enseñarle a beber en pajita un tetrabrik de zumo, el chaval nos regala un par de sonrisas y nos enseña la entrada a un par de pequeñas cuevas con signos de haber sido utilizadas por nómadas.

La pista cada vez es más rápida y pronto llegamos a Rissani. En un cruce, un chico con atuendo más circense que tÃ*pico y que se parece enormemente a Eddie Murphi nos invita a que visitemos sin compromiso la mezquita de Rissani. Accedemos gustosos ya que ha sido abierta al turismo muy recientemente.

Cuando llegamos al Tombuctú disfrutamos de un merecido relax y los moteros nos cuentan que Alfred está algo fastidiado con las contusiones. Eso y que se han dedicado a machacarle diciéndole todas las cosas que podrÃ*a tener rotas y lo poco que iba a durar, entre el cachondeo de unos y lo aprensivo del otro.

[JQCubas]

ETAPA 7

Madrugamos para comenzar el recorrido alrededor del Erg Chebbi. El coche de Ramón de nuevo está sin baterÃ*a. Jota saca las pinzas y problema solucionado.

Como los moteros utilizan el GPS peor que yo una calculadora cientÃ*fica de las que hacen hasta gráficas, vamos quedando de wpt en wpt.

Las situaciones cómicas no dejan de repetirse: Ramón atasca donde en realidad no está atascado. Las motos de vez en cuando desaparecen delante de nosotros pero siempre llegan los últimos a los puntos de encuentro. Ese Jeep Wrangler sin puertas que aún debe estar sacando arena de la moqueta, que se acerca para saludar “– ¡Qué pasa chavales!� (de los moteros el más joven supera los 50) y al despedirse a lo John Wayne se entierra hasta las “sin puertas� …

Utilizamos un wpt que hemos marcado como punto de encuentro donde abandonaremos la pista principal para dirigirnos dirección norte. Llegamos los primeros. El wpt en sÃ*, no es que tenga mucho, a decir verdad estamos parados en “la nadaâ€� uno de esos lugares infinitos donde hasta da reparo parar el motor. Con ese silencio que tanta fobia nos da a los de ciudad esperamos con la incertidumbre de no saber si habrán o no pasado por ese punto.

Tras 20 minutos eternos de enorme calor y duda y cuando tenÃ*amos la moral por los suelos y el sudor por la espalda; avistamos, al más puro estilo del Séptimo de CaballerÃ*a, el coche de Jota seguido del coche de Ramón y todas las “moscasâ€� (motos). Si no fuera porque la situación era fruto de un mal uso del GPS, se podrÃ*a calificar el momento, incluso, de emocionante.

Tras unos cuantos Aquarius y abrazos sin mariconadas, continuamos todo el grupo hasta el Oasis de los Muertos donde comemos con ganas las viandas que a estas alturas de viaje nos quedan. …Todos menos Félix que arrastra una diarrea desde ayer por la noche.

Después de la comida repostamos de los bidones. Félix y yo llevábamos una etapa más que el resto asÃ* que vamos justos de autonomÃ*a. Para colmo el bidón que llevo, en la gasolinera, no lo llenaron ni a la mitad. Lección aprendida, la próxima vez no dejaré que nadie cierre el bidón sin comprobar primero el nivel.

El resto de la clásica pista la hacemos con la incertidumbre de la autonomÃ*a de mi coche. La reserva va encendida desde hace rato y consigo llegar a la gasolinera en las últimas del depósito.

Una vez en el hotel, mientras comentamos cómo le dio una pájara por deshidratación a uno de mis hermanos hace tiempo, en el momento Félix cae en redondo y gracias a que Jota estaba cerca no se da de bruces contra el suelo. Le subimos a la habitación. La diarrea y una mala hidratación le han dejado KO.

[JQCubas]

VUELTA A CASA:

Como siempre la vuelta a casa se hace dura, aunque tratamos de combatir esta dureza con buen humor hasta el final. Por la mañana, en el coche de Félix aparecen unas bragas colgadas del snorkell. ...A saber la procedencia. Y para variar, en la misma puerta del hotel perdemos a los moteros que no sabemos si van por delante o por detrás.

Como último destino marroquÃ* tenemos Meknes, que nunca antes habÃ*amos visitado, y que por culpa de un hotel difÃ*cil de encontrar tenemos que conformarnos una visita nocturna.

Siguiente parada, Tarifa donde nos despedimos para al dÃ*a siguiente llegar por fin a casa.

[Four]

Woow !! Valla fotos, valla forma de redactar, valla paisajes, valla cochazossss [18]

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