NOVENA ETAPA Tata-Ait Mansour-Trafraoute
Nos despierta un sutil cucharateo, son un par de moteros que están preparandose el desayuno en la habitación de al lado. Hemos dormido 'del tirón' y mas bien de lo que suponÃ*amos. Despertamos a mi hermano y a Mª Jesús, cuando salen por la puerta, parecen 'lirones caretos', ellos no han dormido, ¡han 'hibernado'! :mrgreen:
Desayunamos como marajás, el avituallamiento en el hotel ha estado muy por encima de nuestras espectativas.
Cuando salimos con el equipaje, Roc está preparando el camión, nos despedimos de él, por si no volvemos a coincidir y emprendemos la ruta.
Los plegamientos de los estratos que forman las montañas que vamos viendo son espectaculares, tanto que decidimos aventurarnos por una pista poco transitada que se adentra en un angosto cañon, al otro lado del Oued Akka. Como imaginábamos esta pista se debe usar ocasinalmente para la extracción de árido.
Alguna formación surge y se esconde enmedio de la planicie, como si fuera un bucle de una gran serpiente sumergida en el terreno...
De nuevo en la carretera R109, paramos a intentar comprar pan en la siguiente población, Tisgui-Ida-ou-Ballou, pregunto en una especie de locutorio muy concurrido que hay al lado de la mezquita, donde puedo encontrar pan.
El pueblo en si, está al otro lado del rio y no es accesible con vehÃ*culos, asÃ* que por un camino entre palmeras y huertos, primero y por tortuosas callejuelas y pasadizos, después...
...siguiendo las escuetas indicaciones que alguno de los lugareños nos daba, llegamos a la tienda.
Es curioso pero causa más fascinación el pantalón corto de mi hermano que el de las chicas :mrgreen: :mrgreen: :mrgreen:
Entramos en la pista, discurre por un exhuberante valle que contrasta fuertemente con las formaciones rocosas que lo delimitan.
Las indicaciones son claras... ( 0 KM a izquierda a derecha y al frente :shock: )
Me llaman mucho la atención los diminutos y bien cuidados huertos que se suceden a lo largo del propio cauce, supongo que a duras penas deben sobrevivir tras una avenida...
...y las eras. En algunas de ellas ya se acumula la mies, lista para trillar.
Tras coronar un puerto, la serpenteante pista nos lleva a otro valle no menos espectacular, Aït-Mansour.
Va siendo hora y paramos a comer, montamos el tenderete al lado de la pista, bajo la sombra de unos árboles. Pasa un simpático abuelete que tiene ganas de conversar y nos pregunta de donde somos, etc...nos cuenta que va a la 'mosque' a los oficios, que hoy es festivo y que por ello se prepara comida especial, cuscús y que nos invita, desestimamos amablemente su invitación, pero insiste que cuando vuelva de la mezquita nos llevará a su casa y nos dará a probar vino que elabora él...
Cuando estamos 'en plena faena', llegan el grupo de moteros con el que estamos coincidiendo las últimas etapas, les ofrecemos sentarse con nosotros y compartir lo que tenemos preparado. Prefieren continuar un rato y esperar al camión de asistencia en un punto que tienen previsto. Al rato aparece RamónHDJ y su mujer, y tras ellos el resto del convoy, conversamos un rato y les informamos de que los de las motos les llevan escasamente 10 minutos, se dirigen a su encuentro.
Mientras estamos tomando café, notamos una silenciosa presencia entre los árboles, es una jovencita que, a juzgar por la expresión de su cara, debe tener una deficiencia visual. Al momento llegan otras tres, todas, ya se atreven a acercarse y curiosear el interior del coche y lo que tenemos sobre la mesa, les ofrecemos un bizcocho de chocolate con la condición de que tienen que compartirlo. Las chicas les piden hacerse una foto con ellas para inmortalizar el momento, acceden entre risas, pero se cubren instantaneamente.
Aquello se va poniendo de bote en bote, cada vez hay más mujeres y niños a nuestro alrededor mientras recogemos los trastos, asÃ* que decidimos arrancar.
Al poco rato de pasar el pueblo de Timkyet, encontramos al grupo haciendo una comida rápida, 'de capó', están muy ajetreados y no queremos molestarles. Les damos el 'que aproveche' y seguimos adelante.
Las gargantas de Ait-Mansour son un impresionante vergel encajonado entre montañas a lo largo del cual aparece y desaparece el agua dependiendo de la permeablilidad del terreno. Paramos en un curioso merendero en pleno palmeral, a tomar un te. Proseguimos por carretera hasta Talate-n-Issi.
El hormigón está sustituyendo a los materiales tradicionales, aunque las técnicas y los medios, practicamente, permanecen inalterados.
Llegamos a un puerto, cerca de Tatla Tasrite, desde el que se divisa una gran extensión de territorio, con un paisaje totalmente diferente, mucho menos duro, tapizado de vegetación y cultivos.
Antes de llegar a Agard, encontramos una indicación: 'Rochers Peints', nos adentramos por la pista y encontramos esto:
Resulta ser la obra de un artista belga, Jean Verame, apasionado del Land Art (esto lo he averiguado después, en aquel momento pensábamos que acabarÃ*amos viendo pinturas rupestres...)
Toda la zona está plagada de pistas, en lugar de volver atrás hacia la carretera, seguimos una en dirección a Tafraoute (al norte) y acabamos metidos en una trialera de bajada bastante empianda. Las copilotas, aún sabiendo que es lo que iba a ocurrir al final, nos dicen: ¿no pensareis bajar por ahÃ*?. Echamos un vistazo a pié, colocamos algunas piedras y allá que vamos
Agard-Oudad está especialmente engalanado
banderas por todas partes, incluso en la parte alta de los impresionantes peñones granÃ*ticos, que hay alrededor
la verdad, ¡no esperabamos semejante recibimiento! :mrgreen: :mrgreen: :mrgreen:
...bueno, parece que no es a nosotros a quien esperan... :roll:
Al llegar a Tafraoute, repostamos en la gasolinera, llevo a lavar el coche y buscamos un camping, una vez localizado y concretado, volvemos al pueblo a hacer algunas compras y disfrutar del ambiente, que al atardecer, se apodera de las calles.
Un chipichanga, se acerca a la ventanilla y asegura que me conoce de hace dos años en Hassilabed (si claro, como a todo incauto que aprece con matrÃ*cula estranjera), pero el caso es que, tanto a Maite como a mi, nos resultaba muy familiar. Era bastante agradable y no hicimos nada por deshacernos de él y nos acompañó, como no, a la tienda de su amigo...
Cenamos en una terraza y luego vamos a tomar un té, a cubierto, al restaurante de un hotel.
La etapa nos ha entantado, con unos paisajes intensos y contrastados. Gracias por la sugerencia Jorge [ok]
Como no hace un tiempo muy agradable, nos vamos prontito al sobre.
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