A primera hora del día siguiente estaba en la puerta del concesionario Toyota de Cagliari. Allí salieron a recibirnos desde el primer mecánico hasta el último vendedor. Nos trataron de maravilla. Mientras a mi mujer le invitaban a capuchinos, debatía con el jefe de taller que era un auténtico maestro.
No tenía recambio de motor de arranque pero se puso manos a la obra dejando otros trabajos con el fin de que pudiera tener el coche listo en poco tiempo. Se comprometió a solucionarlo y a desmontar los motores de arranque que hiciesen falta. En principio el donante de piezas sería de un Hilux y pese a mis dudas le dejé hacer.
Todo fue mimo y buen trato. Y aunque allí nadie hablaba ni papa de inglés, el castellano con el italiano "fusionaron" de aquella manera, nos entendimos perfectamente con el "motorino di avviamento".
Nos dejaron un Toyota Aygo para que pudieramos seguir de turismo mientras ellos continuaban con la reparación. Así que tomamos dirección oeste y nos dirigimos hacia Pula.
Primero visitamos el conjunto arqueológico de Nora, a unos 30km de Cagliari, dónde se puede contemplar en un excelente estado de conservación el paso de las civilaciones fenicia, púnica y romana. Las ruinas están pegadas al mar en continua lucha por no ceder terreno al Mediterráneo. Las dimensiones de las excavaciones son enormes, y aun así, se considera que es una mínima parte de lo que hay sumergido. Además, justo pegado, hay una gran zona militar con lo que no está permitido continuar con los trabajos de arqueología en esa zona. ...Lástima que esté prohibido, pero no me quiero ni imaginar lo que puede ser bucear por esas aguas.
Continuando dirección oeste encontramos, la que a mi juicio, fue la zona que más me gustó de toda la isla. La costa tiene un color muy particular y cala tras cala, corres el riesgo de llegar a estresarte sin saber dónde parar para darte un baño, de la belleza que encontramos a cada curva.
Tratamos de avanzar algo más buscando un acceso a una pista que nos debería dar paso a una cala que había seleccionado en el Google Earth. Allí teníamos previsto acampar. ...Pero resultó del todo inútil. Tras unos cuantos km en los que puse a prueba el Aygo por terreno no asfaltado, llegamos a una bonita cancela con un cartel que indicaba que aquello era zona militar. Así que, nuestro gozo en un pozo.
Nota: ¡OJO! En toda la isla hay bastantes zonas restringidas a uso militar y no figuran en los mapas de 1:50.000 que pululan por internet.
Al menos recibimos la buena llamada del taller para indicarnos que ya habían solucionado el problema, así que volvimos a Cagliari a recoger el coche.
Una vez con el 80 rugiendo al 100%, decidimos volver sobre nuestros pasos hacia la parte que habíamos visitado ese día. Nos había gustado tando que volvimos a buscar alojamiento. Y empezamos la búsqueda por el "hotelillo" que más nos había gustado: Un pequeño hotel con playa privada y muy bonitas instalaciones...
Y hubo suerte. Un pequeño malentendido entre los propios empleados del hotel, una pequeña negociación y una empleada que resultó algo despistada en el precio que nos dió por escrito y acabamos en una Suite de más de 800€ de tarifa y por la que pagamos algo menos de 100€.
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