No sé porqué pero hoy hemos levantado el campamento más temprano que otros días, por lo que hemos llegado pronto a Rundú. La carretera hasta aquí ha cambiado bastante su paisaje, ahora se ven arbustos grandes con algunas acacias y suelo de arena. Las poblaciones también han cambiado porque ahora se ven pequeños poblados con casas de palos y techos de paja en los que se adivina bastante pobreza. Rundú parece un oasis en esta zona pues está construido como cualquier otra ciudad con sus tiendas, grandes gasolineras, todo limpio y gente bien vestida. Ya no se ven muchos coches circulando, sobre todo hacia el Caprivi, aunque nos hemos cruzado con bastantes y sin embargo los camiones se ven más que otros días en los dos sentidos. En la ciudad hemos aprovechado para aprovisionarnos de comida, agua y combustible y para conectarnos a internet aunque era algo lento. Nuevamente en camino cuando ya caía la tarde hemos parado en un poblado para preguntar si podíamos acampar en una explanada cercana pero la gente era bastante rara y no con muy buenas pintas, nos miraban desconfiados, al que parecía el jefe le faltaba un ojo y no lo llevaba tapado y cuando han dicho que no, nos hemos alegrado. Hemos buscado algún lugar pero no lo hemos encontrado y hemos acabado en una de las zonas de picnic que hay al lado de la carretera muy cerca del poblado donde habíamos preguntado. Como no hemos querido hacer fuego, tras la amena cena todos se han ido pronto a sus tiendas. La luna ha salido muy bonita tras una acacia que se dibujaba negra ante ella y que hemos estado fotografiando. Estamos a muy pocos kms de la frontera por lo que mañana temprano entraremos en Botswana.6 de junio de 2012. Mukwe
La noche, como otras tantas desde hace bastantes días, fue muy fría pero en cuanto el sol se levanta por el horizonte va templando la temperatura. Antes de partir se explicaron las diferentes actividades que se podían realizar en el Delta del Okavango y todos los que estaban presentes decidieron hacer la ruta de varios días en mokoro o canoa por los canales del delta. Cogimos carretera y al llegar al desvío hacia la frontera y Epupa Falls, en la gasolinera rellenamos los depósitos de combustible y todos aprovechamos para gastar los últimos billetes namibios. Paramos en las cascadas, para lo cual hay que entrar en un lodge y pagar dos dólares namibios o ram y como ya habíamos gastado todo, nos costó reunir el dinero. Bajamos andando al río y nos asombramos de que de cascadas nada, simplemente unos rápidos bastante normalitos y ya está. No merece la pena para nada ni gastar el dinero ni hacer la parada pero si es la hora de comer, es un buen sitio para hacerlo de forma agradable ya que allí está con césped y algunas mesitas y te puedes bañar en la pequeña playa de los rápidos. Nuevamente en marcha entramos en una reserva que hay que cruzar para ir a la frontera y un poco antes de hacerlo el asfalto dio paso a una buena pista pero muy polvorienta. En el parque pudimos ver unos antílopes rojos que en Etosha no pudimos contemplar más que un ejemplar. Al entrar hay que poner en un libro de ellos los datos del conductor y no hace falta pagar nada. Al salir llegamos a la frontera. La salida de Namibia fue rápida, rellenamos el papel de salida para sellar el pasaporte y en la ventanilla de al lado sellaron el carnet de passage. Antes de salir, los conductores rellenamos una hoja con los datos del coche y los nuestros y abandonamos un país que nos ha gustado muchísimo. La entrada en Botswana fue fácil, rellenamos un papel para que nos sellaran el pasaporte y no hacía falta nada para el coche, ha sido el primero país de todos los que llegamos en que no hemos tenido que hacer ningún papel para los vehículos. Sin embargo, hemos tenido que pagar 250 ram por los coches y 450 por el coche con remolque. El problema ha sido que lógicamente no teníamos pulas, la moneda de este nuevo país y no nos cogían ni euros ni dólares, así que como teníamos ram, la moneda de Suráfrica, ya que en Namibia era igual de aceptada que sus dólares namibios, pues rascando los bolsillos de todos hemos conseguido la cantidad de casualidad. Nos han dado el recibo de este pago que nos da derecho a circular por el país y hemos continuado hacia un pueblo cercano en el que había banco para cambiar. La operación de cambio de todos ha sido un poco lenta pero mientras tanto, Paloma ha llamado a una empresa para hacer un recorrido de dos días por el Okavango que se encuentra en una zona no turística y que además, es más barata. Hacer este recorrido suponía regresar hacia atrás y pasar el río Kavango en barco pero por unanimidad, todos ha preferido hacer este recorrido menos convencional y que se suponía más auténtico, así que nos hemos dado la vuelta y hemos llegado hasta el río. El ferry estaba al otro lado pero no hemos tenido que esperar mucho y hemos entrado dos vehículos nuestros con otro del lugar y al siguiente viaje ha llegado Jordi. Resulta que el ferry es gratuito y nadie paga nada, así que mejor para nosotros. La pista era buena y estaba llena de pequeños pueblecillos con chozas con techos de paja y por este camino hemos recorrido los cien kms que nos separaban del pueblo donde se encuentra el camping que es Seronga y tras cruzarlo nos hemos dado cuenta que muy turístico no es el lugar y que pocos turistas deben llegar hasta aquí. El camping es un poco caro y no tiene luz en los baños por lo que nos hemos duchado con la linterna o a oscuras algunos pero por lo menos ha sido con agua caliente. Después los de nuestro coche hemos tenido cena con vino al que nos ha invitado Eva. Mañana pronto saldremos con los mokoros, dos personas por cada embarcación.7 de junio de 2012. Seronga, Delta del Okavango. Botswana
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