El pasado 8 de Junio emprendí un nuevo viaje a Marruecos en compañía de mi mujer y cuatro amigo-as mas. Esta vez con entrada por Almería-Melilla. Cada viaje buscamos algo distinto, esta vez "otro Recam", kasbah Ouzina, y algo mas.
Dia 9. Tras una noche movidita de mar gruesa, a las ocho de la mañana desembarcamos.
Como no podía ser de otra manera allí estaba preparada la “máfia”, mira que es feo el nombrecito, con un cordón de HDJ 100 que nublaba otra vista cualquiera. Ya a la salida del puerto se me acercó un policía y me dice muy serio “le esperan allí”, a lo que respondo tímidamente “vale, gracias”. A partir de ahí fueron tres o cuatro horas plenas de satisfacción por el placer de la compañía de los amigos de Melilla, mientras, un compañero montaba ruedas nuevas a mi exkdj que allí son mas baratitas. Poco tiempo para tanto que decirnos en persona; intercambiamos encargos, recaos, y hasta “cortamos algún traje” a alguien que se lo merece, pero dejando cosas pendientes, así hay que volver. No hubo tiempo para mas. Hasta la cola de la frontera me llevaron.
Gracias amigos, os la debo.
Cerca de la una de la tarde salímos de la frontera dirección Plateau de Recam, un camino distinto del habitual, aburrido, y con muchas piedras, acabamos “jinchicos de piedras tú” . La noche se presentó fría hasta el punto de que la barbacoa sirvió de brasero, en la velada, el ron y el whisky también ayudaban. Fue la primera noche bajo las estrellas, es como si allí hubieran mas.



Dia 10. Plateau de Recam-Arfoud, mas piedras y alguna pistilla mala, nada reseñable a parte de conducir con la libertad que se hace allí. A las nueve estábamos dispuestos a bañarnos en la piscina del Xaluca (no coment); al final fue en la del Cherguí, mejor sin detalles.

Día 11. Nos apetecían pocos kilómetros y algo de turismo, así que “ciudad de Orión”, “Escalera hacia el cielo”, “el caracol”, “la fortaleza de la Momia”, allí paramos a comer, os puedo asegurar que se ya no hacía frio, a alguna le dio una pájara como la de los ciclistas. De allí al riad La Mamouche en el Erg Chebí, piscina, cena para un regimiento, y a/a para dormir fresquiro.


La vista desde allí acojona

Día 12. Dirección Ouzina, pero como está relativamente cerca, Toni Marciano me indicó un camino dando un rodeo por la ciudad perdida, pistas rápidas, y arena, ya era hora, mucha arena. Nos dejamos el portal de Belen para el día siguiente, la arena decidió por nosotros, que paliza. Y pusimos rumbo a Ouzina sin pestañear. De la estancia allí ya hay comentario en el post de la KDD, fantástica. https://www.hdjseries.com/foro/thread...ov-2012/page15


Día 13. A Zagora. Pistas de arena blanda y polvorienta, en ocasiones roderas profundas, para sacar brillo a las protecciones de bajos. Toda la zona inundable ha sido castigada este año de lo lindo este invierno. No nos dejamos atrás el portal de Belén (es el Oasis de Mharech), digno de ver, un Oasis en el estricto sentido de la palabra, hay agua a solo cuatro metros, hasta la temperatura baja al entrar allí.

Continuamos viaje matutino por el recorrido habitual dirección Zagora pendientes de un cruze que nos llevaría a un inmenso cráter ovalado que tiene varios kilómetros para cruzarlo, por la parte estrecha, de este a oeste creo recordar. A la salida control militar, “la cagaste julianico”, un chaval de Ouzina me pidió que lo llevara hasta Zagora , le iban a regalar una mobilette, pues resulta que esta gente tiene que pedir permiso oficial para hacer ese tipo de desplazamiento y él no lo había pedido. ¡!Qué acojone ¡!, gracias a Dios y a la diplomacia de mi amigo Jorge, salimos de allí sin problemas, yo me veía ya llevando al chico a Ouzina de nuevo. Pasao el trance, todo fue seguir disfrutando del paisaje y de mi HDJ, que dicho sea de paso a esa altura iba ya muy tocao de amortiguadores, vamos ¡¡jodío der tó!! .
Llegamos temprano, con tiempo de organizar una tarde de relax, el desierto había quedao atrás. Hubo tiempo para reorganizar coche y maletas, bañarnos para rehidratarnos, y hasta para hacer la revisión de rigor en el Gordito, curiósamente encontraron el nivel de aceite un poco por debajo del máximo, ¡que fatalidad!, y de los seis amortiguadores rotos nada, ¡manda guevos! , se les pasaría a los chiquillos. Esto no es una crítica, solo un chascarrillo, en el mismo sitio yo he visto hacerle culata a un Frontera en nueve horas, a ver quien lo supera aquí.
Tenía pendiente una visita a Jota, pero estaba llegando a Ciudad del Cabo, pensé que no habría nadie, fallo mía, su familia sí estaba, hubiera conocido a su retoño antes que él, jajaja!!, pero en fin ya lo hemos emplazado para la próxima vez, he prometido no comer carne de camello hasta que Jota y Hanna me inviten en su casa.
Los demás días, 14 al 16, los disfrutamos de manera digamos mas normal, Marrakech y la plaza Jamma el Fna. Casablanca, solo la Mezquita de Hassan II, por favor, que cuidad mas fea, que caos de circulación, que peste, jesú por dios! . Pero mis amigos Pedro y Jorge nos sacaron de allí raudos y veloces, bueno como pudieron, aquello es Casablanca, y fuimos a comer a una playa por debajo de Al Jadida, en un restaurante al filo de la playa, “Restaurante La Roca”, regentao por Manolo, un moruno con mucho arte en la cocina, nos atendió, con su familia, como a reyes, eso sí el vino y la cerveza lo pusimos nosotros. Dormimos cerca, y al día siguiente un tirón hasta Asilah, donde nos gusta hacer la última noche, otro golpe de mar, esta vez pescaito.
Ya el 17 por la mañana, solo quedaba Tanger y a casa, mal día el de regreso, ni los coches querían correr por la autopista, por cierto, una pasta de autopista, yo no estoy acostumbrao a pagar en carretera y me sale la mala leche en todos los peajes; los que vivis por ahí arriba no se como lo tragais, cualquier día van a ponr pasos de peatones de pago.
Ya llevo unos días de curro, bueno que estoy en el trabajo, porque no he dao golpe desde que vine, si fuera asalariao no me preocuparía, pero soy autónomo. Triste volver a la realidad amigos míos.

Me he dejao cosas atrás, ya lo sé, unas porque son mas privadas, y otras porque no son dignas de mención, pero no me quedo sin decir que me ha decepcionao encontrarme la ruta de las Kasbahs asfaltada, aunque he de reconocer que para el desarroyo local es mas importante que todos los días de lluvia de un año entero.

Está claro que la forografía no es lo mío, yo conduzco y disfruto de lo que veo, el que quiera ver mas, el año que viene que se apunte.